Visitas: 123
Estadística e inflación
La palabra inflación forma parte de nuestro lenguaje cotidiano; la escuchamos en la calle, en los medios, en el transporte y hasta en las reuniones con amigos o familiares. Hasta nos atrevemos a opinar acerca de sus causas y, mucho más aún de qué manera solucionarla. La información que circula acerca de ella muchas veces es errónea o se sostiene a partir de fuentes de dudosa confiabilidad. Aún peor, los datos estadísticos sobre la inflación pueden ser manipulados y distorsionados modificando los valores comunicados u omitiendo datos desfavorables, por diversas razones y motivos, especialmente políticos, a fin de presentar un panorama más favorable del curso de la economía, atraer inversores, ganar elecciones; etc.
Otras veces los resultados pueden no ser fiables por causas involuntarias, como errores metodológicos, tales como una inadecuada selección de los bienes y servicios de donde se toman los índices de precios, por problemas en la recolección de los datos o modificaciones en la elaboración de los cálculos.
La inflación se mide utilizando índices de precios que reflejan el cambio en el costo de una canasta de bienes y servicios a lo largo del tiempo. Los métodos para calcular estos índices deben seguir procedimientos rigurosos para garantizar precisión e imparcialidad. Ahora bien, aun utilizando datos fiables podemos elaborar una estrategia de procesamiento de los mismos dependiendo de lo que pretendamos probar.
Valga por ello un ejemplo, que transcribimos de la versión en español, del libro “How to lie with statistics”, de Darrell Huff e Irving Geis
“Para utilizar el ejemplo más simple, pongamos que el año pasado la leche costase 100 pesos el litro y que el pan costase 50 pesos el kg. Este año la leche ha bajado 50 pesos y el pan ha subido 50 pesos. Ahora, ¿qué desea probar?, ¿Que el costo de vida ha aumentado? ¿Que el costo de vida ha bajado? ¿O que no ha habido cambio en él?
Considere el año pasado como el período base, haciendo que los precios de entonces representen el 100 %. Como sea que el precio de la leche ha bajado a la mitad (50 %) y el precio del pan se ha doblado (200 %) y el promedio de 50 y 200 es 125, los precios han subido un 25 %. Probemos otra vez, tomando el año actual como período base. La leche costaba el 200 % de lo que cuesta ahora y el pan se vendía al 50 %. Promedio: 125 %. Los precios eran un 25 % más elevados de lo que son ahora.
Para probar que el nivel del costo de vida no ha cambiado en absoluto, pasamos a la media geométrica y utilizamos cualquier período como base. Esta media es un poco diferente de la aritmética, pero es una cifra perfectamente legítima y en algunos casos la más útil e informativa. Para obtener la media geométrica de tres números se multiplican entre sí y se saca la raíz cúbica; para cuatro cantidades la raíz cuarta, para dos la raíz cuadrada, y así sucesivamente. Tomemos el año anterior como base 100; ahora multipliquemos el 10 por cien por cada producto y obtengamos la raíz del producto que es 100. Para este año, siendo el precio de la leche el 50 % del año anterior y el del pan el 200 %, multipliquemos 50 por 200 para obtener 10.000. La raíz cuadrada, que es la media geométrica, es 100. Los precios no han subido ni bajado. El hecho es que, a pesar de su base matemática, las estadísticas son tanto un
arte como una ciencia. Muchas manipulaciones e incluso tergiversaciones son posible dentro de los límites de su jurisdicción. A menudo, el experto en estadísticas debe escoger entre distintos métodos, lo que no deja de ser un proceso subjetivo, y hallar el que debe utilizar para representar los hechos. En la práctica comercial hay tan pocas probabilidades de seleccionar un método desfavorable, como de que el redactor de textos llame endeble y barato al producto del patrocinador de su anuncio, cuando tiene la posibilidad de llamarlo ligero y económico. Incluso el autor de un trabajo académico puede sufrir una influencia (posiblemente inconsciente) tendente a favorecer o probar un motivo privado y personal. Esto nos prueba la necesidad de mirar dos veces el material estadístico, los hechos y cifras de los periódicos y los libros, las revistas y la publicidad, antes de aceptarlos. A veces, husmear un poco agudiza el foco. Pero tampoco tiene sentido rehusar arbitrariamente los métodos estadísticos. Es como si quisiéramos dejar de leer porque los escritores a veces utilizan las palabras para ocultar hechos y relaciones en lugar de mostrarlos a la luz. Después de todo, cierto candidato político ganó mucho prestigio acusando a su oponente de “practicar el celibato”. El dueño de un cine de Nueva York que presentaba la película “Quo Vadis”, confeccionó un gran letrero citando al The New York Times, que la calificaba de “pretensión histórica”. Y los fabricantes de los Crazy Water Crystals, una medicina registrada, la han anunciado como productos que proporciona “rápido y efímero alivio”.
Sitios amigos
I Ching el Pozo de Agua // Posicionamiento en Web // Mundo Freya
Caban Arquitectura // Cristina Wargon Humor
H&B Investigación Clínica y Estadística // Juana Molina
Sandra Mihanovich // Daniel Paz // Peroncho